dimecres, 10 de maig del 2017

Tuga Trail Half

No soy de esas personas que siempre hacen las mismas carreras. Me gusta ir probando nuevas experiencias, y cuando me llego un email de Illan de Tuga Wear (empresa que nos ha hecho las camisetas de Los Martes), no pude dejar la tentación de probarla.

Como no sabia que me encontraría, mire la web de la carrera. Era una carrera de montaña, y como últimamente todo el mundo les mete unos desniveles muy fuertes, y ahora no tengo ganas de sufrir, elegí la nueva carrera de 10 kilómetros. Para pasármelo mejor “engañe” a mi amigo Fede.

La carrera se hacia en un lunes (festivo – Día del trabajador), pero era una buena manera de comenzar la semana.

A las 7:45h paso a buscar a Fede.

En poco más de 20 minutos ya estamos en Castellolí. Un señor de la organización nos indica donde dejar el coche. Lo dejamos a unos 200 metros de donde comienza la carrera. Por lo tanto, dejamos las cosas en el coche y nos vamos a buscar los dorsales, obsequios y dar una vuelta por el pueblo.

 


Aquí ya vemos que alguna cosa es diferente. El dorsal no es el típico de papel, sino que es de tela. Me gusta el detalle.

A las 8:45h, nos ponemos la ropa de faena, y nos vamos a ver la salida de la carrera larga (18 kilómetros), que salen un cuarto de hora antes que nosotros.

Una vez vista la salida de los otros corredores, nos dedicamos a calentar unos 10’. Fede lo necesita para que no se le suban las pulsaciones, y yo para relajar las piernas (que vienen de dos entrenamientos (sábado y domingo)).

Antes de la salida, uno de los organizadores, nos explica el recorrido, y sus dificultades. A las 9:15h, salimos.


No somos muchos corredores. Había más corredores en la carrera larga.

Cruzamos la calle principal del pueblo, y ya cogemos un camino de tierra.

Hoy la idea es conocer la carrera, por lo tanto, no tenemos ni ritmo, ni tiempo planificado. Lo haremos según nuestras sensaciones.

Las primeras rampas son suaves, pero ya nos dejan avanzar a algunos corredores.

Sin querer, pongo un ritmo un poco alto, y cuando hace poco que hemos pasado por el kilómetro 1, Fede se para. Son solo dos segundos, y rápidamente, vuelve a correr. Me dice que si quiero marchar, pero le digo que no, hoy haremos la carrera juntos. Así, que me dice que él llevará el ritmo. Pues a seguirlo.

El recorrido ya ha hecho la selección, y hace un rato que llevamos a tres corredores delante. Son un chico joven, un niño (de unos 8 o 10 años) y su padre.

El primer tramo de la carrera es bastante toboganero. Tiene pequeñas subidas, que después vienen recompensadas por bajadas. Se puede correr sin problemas.

A media carrera, nos encontramos el primer sendero de subida. No es muy complicado, pero los corredores que llevamos delante, caminan, y nosotros también.


Poco a poco, avanzamos corredores. Cuando el recorrido no pica hacia arriba, Fede, ve una oportunidad de avanzar, no se lo piensa. Y así, en un momento que saco el móvil para hacerle una foto, hace un sprint, y ni foto, y el móvil al suelo. Lo recojo, y a correr para poder cogerlo.

El recorrido es muy corrible. Además los kilómetros van pasando, y sabemos que cuando llegamos al kilómetro 6, se habrá acabado la subida.

Cuando más kilómetros llevamos, más corredores vamos cogiendo, por lo tanto, moralmente estamos muy fuertes.

El camino nos hace pasar por un paso entre palos, que se ponen para que los animales no puedan pasar de un tramo al otro. Suerte que estamos todos muy atléticos, porque los pasos son un poco estrechos, ¡jaja!

Antes de llegar al avituallamiento y en el punto más alto de la carrera (kilómetro 6), podemos comprobar como se ven nevados las cimas de las montañas que se ven en el horizonte. Se lo comento a Fede.

Paramos en el avituallamiento para beber agua y un poco de isotónico. También hay fruta, frutos secos, …, pero con esto ya tenemos bastante.

A partir de ahora toca bajar.

El primer trozo es una pista, con algunas piedras, pero que se puede bajar bastante rápido.

Pero esto dura poco, y comienza un kilómetro de bajada técnica. Es del kilómetro 7 al 8.

Al principio no parece muy difícil, pero a la mitad la dificultad aumenta, y hasta, en uno de los saltos, estamos a punto de irme al suelo. Por suerte eso no pasa.

Cuando ya estamos a puntos de llegar al final de esta bajada, nos encontramos el único tapón que nos hemos encontrado en todo el recorrido. Es una bajada pequeña, pero con mucha pendiente, que obliga a pararte, poner el culo en el suelo, y cogerte de las ramas de una árbol que hay. Como dice Fede, es el punto de control de peso, ¡jaja!

No se el tiempo que perdemos, pero un vez pasado, cogemos un ritmo rápido de bajada.

Aquí el recorrido es más bonito, o me deja levantar la vista del suelo. Podemos ver los prados de espigas verdes, salteados por puntos rojos de las amapolas. Que imagén más bonita.

No se si porque nos queda poco, porque hace bajada, o porque nos encontramos bien, pero ponemos un ritmo alto, y no paramos de avanzar a muchos corredores.

Cuando llegamos al final del camino, unos voluntarios, van indicando el camino. Los que hacen la larga suben hacia arriba, y nosotros (los de la corta) ya nos vamos hacia el pueblo.

La entrada al pueblo es por la misma calle por donde hemos salido.

Vemos que no cogeremos al corredor que llevamos delante, y que tampoco llevamos ningún detrás, por lo tanto, preparamos nuestra entrada. La entrada es bonita. Con unas banderolas de la Tuga, que hacen un camino estrecho, y con una alfombra.

Fede y yo nos cogemos de las manos, y entramos en meta.

Hemos hecho poco más de una hora.

Si el recorrido nos ha parecido chulo, nos quedamos boquiabiertos, cuando vemos el avituallamiento de meta. Hay melón, sandia, plátano, naranja, yogures del Pastoret, golosinas, galletas de chocolate, membrillo, frutos secos, … Creo que si hubiéramos probado todo, hubiéramos pesado más que al comienzo de la carrera.

Recuperados, vamos al coche a coger las bolsas, y hacia las duchas.

Nos duchamos en un pequeño pabellón que hay detrás de la calle principal. Todo muy bien.

Volviendo hacia la meta, nos encontramos al David (de blogmaldito). Hablamos un rato de la carrera. Los tres hemos debutado hoy, y estamos encantados. También hablamos del reto de David en la Zegama. Ya nos explicará su aventura.

Pero si el avituallamiento de antes había sido brutal, todavía nos quedamos más sorprendidos al coger el bocata de butifarra, las croquetas y la cerveza. Madre mía. Nos hemos puesto como el Quico.

En este momento, es cuando comprobamos nuestro tiempo final. En una pantalla que ha colocado la empresa del chip (chiprunning), vemos que hemos hecho 1:00:23. Hemos hecho el mismo tiempo, la misma posición (32º) i la misma posición de categoría (4ª). Esto si que es hacer una carrera juntos, ¡jaja! Al ver que éramos cuartos, miramos si tendremos premio, pero vemos que no.



Una vez ya hemos almorzado, hablamos un rato con Illan, y hacia casa. Contentos. Hemos hecho una nueva carrera, y que repetiremos seguro el año que viene. Nos ha gustado mucho, una carrera bonita, bien organizada, con mucho mimo para el corredor, y mucha comida.

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